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viernes, 10 de julio de 2015

María de los Ángeles Benito García: Sobre el amor.

Sobre el AMOR 
(Contribución al curso "Filosofía como Terapia")

El amor no se puede entender, hay que sentirlo”  (Dan Millman)

Es verdaderamente difícil definir el concepto de amor. Podría haber tantas definiciones como personas, autores o libros consultados. Cuando le preguntaron a una niña índigo sobre el amor ella se rió y dijo “No puedo hablar del amor, no tiene nada que ver con las palabras” la persona insistió preguntando qué es el amor verdadero, “lo has vuelto a hacer, ¿ves que difícil es?”.
Amor a uno mismo/Amor propio.
Si no nos amamos a nosotros mismos ¿Quién lo va a hacer? ¿Quién nos lo va a demostrar? ¿A quién más y mejor podremos amar? Para alcanzar este amor es fundamental desapegarse y aceptar que la felicidad es un proceso interno, personal, que se encuentra en uno mismo. Esto nos proporcionará una estabilidad y seguridad personal, que permitirá no depender de otras personas que nos suban la autoestima diciéndonos lo fantásticos que somos. De lo contrario, en el momento que no nos lo digan o no actúen como consideramos que deberían hacerlo en respuesta a nuestros esfuerzos, caeremos en un profundo pozo de inseguridad y desconfianza personal, por lo que surgirán los miedos, celos y todos esos sentimientos que nos alejan del AMOR, y del respeto a la otra persona.
Cuando encontramos dentro de nosotros mismos la felicidad, el amor y la aceptación, no necesitamos que otra persona nos reafirme, por lo que daremos a nuestra pareja, sin exigir un tipo de trato o demostración a cambio. Hay que entender que cada persona es diferente y demuestra los sentimientos de diferentes formas, por lo que si se espera una determinada actitud ante ciertos actos, es posible que nos decepcionemos y volvamos a caer en la ira, miedo, celos…
El Amor propio también será clave para darnos la valentía de poner límites. Tenemos la obligación de cuidarnos y evitar que nos hagan daño. En todos los aspectos de la vida es necesario saber hasta dónde podemos llegar y en qué punto hay que empezar a mirar por uno mismo. Una buena autoestima nos ayudará a tomar decisiones y poner la barrera donde nosotros decidamos, una barrera que evitará que cualquiera, aprovechándose de la generosidad de un corazón enamorado, pueda dañarnos.
Por lo que para amar, el primer paso que hay que dar es amarse a uno mismo, tratarse con bondad y respeto y aceptar nuestros errores, sabiendo que siempre actuamos de la mejor manera que podemos. Una vez que nos tratamos con amor, cariño y mucha bondad, que somos conscientes de lo maravillosos que somos, del valor intrínseco que tenemos solo por el hecho de ser persona y aceptarlo con humildad, aceptando en consecuencia el mismo valor en el resto de personas y entendiendo también nuestras limitaciones, podremos regalar ese amor que generamos a los demás, ya sea pareja, familia, amigos o incluso desconocidos. 
El erotismo.
Otro de los aspectos a tener en cuenta al hablar del amor es el amor físico, la sexualidad, entendida en todos sus ámbitos. Al igual que en el amor hay muchas concepciones de sexualidad.
Por un lado está el sexo como medio para reproducirse y perpetuar la especie. Esta es una concepción tan simple y cerrada que desde mi punto de vista no tiene más que añadir.
Por otro lado podemos hablar de sexo físico, sin más objetivo que la búsqueda del placer, para lo que únicamente necesitamos otro cuerpo que nos atraiga. Quizá sea una sexualidad tan instintiva y animal que solo busca en el otro la forma de aliviarse, utilizando a la pareja como un mero objeto que proporciona el placer que en ese momento se busca.
Otra forma de entender la experiencia sexual es la de compartir. La unión de las almas, que sin necesidad de estar enamorado de la persona con quien mantengamos la experiencia sexual, se basa en el respeto, en un intercambio de sensaciones, una unión energética que lleva a un estado casi de meditación, por tanto a la cercanía con Dios. Formas de pensar como el Tantra se basan en esta concepción del sexo como vehículo para llegar a la Divinidad, a través de la unión de las energías de ambas personas.
En el foro de este curso pregunté a qué podía deberse la demonización del sexo en nuestra cultura durante tantísimos siglos. Hubo dos respuestas opuestas y muy interesantes y ambas relacionadas con Dios. Un compañero comentaba que el sexo es un instinto animal y que la religión católica lo censuró porque son actos que nos alejan de lo divino. Sin embargo otra compañera afirmaba que por el contario, la relación sexual es un fenómeno tan intenso en el que dos personas pueden llegar a un estado muy próximo a lo divino. Y esa proximidad a Dios no podía permitírsele al común de las personas.
Ambas perspectivas son coherentes y no se cuál de las dos será la correcta, pero está claro que el sexo desde el respeto, con el consentimiento de ambas parte es un aspecto muy importante en las vidas de las personas, donde es difícil poner el límite de lo correcto o depravado y que solo uno mismo es el que puede hacerlo. Y aquí vuelve a ser necesario hablar de la autoestima y de la importancia de poner límites para determinar lo que estamos dispuestos a ofrecer y a aceptar.
Amor-pasión y Amor Consciente.
Tras la consulta de varios textos y opiniones, creo que hay dos tendencias o concepciones del amor generalizadas.
Por un lado tenemos una concepción del amor basado en la pasión o enamoramiento. Una idea del amor espontáneo, que surge sin buscarlo, por tanto no requiere esfuerzo. Un amor con mucha base de atracción y sexualidad, de conveniencia en el que ambas partes ofrecen lo que el otro busca en una pareja, de intercambio. Erich Fromm en su texto “¿Es el amor un arte?” afirma que muchas personas creen que el amor es sencillo, que solo hay que encontrar a la pareja adecuada y el resto surgirá solo. En esta concepción surge el apego y se tiende a ver al otro como un objeto en propiedad, se cortan las libertades, surgen celos, desconfianzas y el miedo a la pérdida, a que “no me quiera”. El enamoramiento en este punto se convierte en obsesión, algo que está muy lejos de este sentimiento tan puro que es el amor.
Este enamoramiento suele ser temporal, cuando se pierda el interés por la novedad, la “gracia” que causaban las primeras restricciones y exigencias y se convierten en un problema, es probable que se pierda la pasión que sustentaba a la pareja y en consecuencia podría romperse la relación.
Una vez que hemos hablado de la autoestima podemos abarcar el tema del amor incondicional, ya que es imposible que este surja si no partimos del amor a uno mismo.
El amor incondicional o consciente no exige, ni decepciona, ni duele. Es un amor que acepta a la otra persona, que concibe su individualidad y la respeta por lo que es. El amor incondicional da sin esperar nada a cambio, busca la felicidad del otro porque esto genera la felicidad en uno mismo, produciendo más capacidad de amar, por lo que se entra en una rueda en la que la felicidad y el amor van en aumento. Cuando te tratas con amor eres capaz de tratar a las otras personas con amor y lo único que podrán hacer es tratarte de la misma forma.
Otro concepto a señalar para alcanzar el amor puro es el desapego. Solo cuando nos desapegamos perdemos el miedo a no tener lo que deseamos. Cuando entendemos la libertad del otro y aceptamos que cada uno de nosotros buscamos nuestra felicidad de diferentes formas, solo cuando soltamos y nos desapegamos, podremos sentir la comprensión suficiente y el amor verdadero, sin condiciones. El desapego nos libera y permite que el resto de persones vuelen libres y solo gracias a esa libertad, puede que decidan volar a nuestro lado.
Si amas algo déjalo libre”
Normalmente cuando hablamos de amor pensamos inmediatamente en el amor de pareja, pero el verdadero amor puede ofrecerse a todas las personas, independientemente de la relación que tengamos con ellas. En cada relación humana podemos experimentar la grandeza del amor, el sentir comprensión o compasión por desconocidos o por personas que nos han agraviado es la mejor manera de ir aumentando el amor. Es fácil sentir amor por nuestra familia o amigos y aún así en muchas ocasiones no somos muy comprensivos, deberíamos trabajar en ir siendo cada vez más bondadosos con todos ellos, poco a poco esa bondad podría llevarse a los desconocidos o personas neutrales. No es cuestión de besarlas ni de ser de pronto los mejores amigos, se trata de generar comprensión ante sus actos aunque no nos gusten, entender que cada persona tiene sus vivencias y experiencias personales, que cada una de ellas puede estar pasando, o pasó en el pasado, por alguna situación muy complicada, que le lleva a actuar de determinada manera y la única forma que tenemos de ayudar es no juzgarlo
Conclusiones.
Erich Fromm afirma que la mayoría de las personas consideran que el amor no supone esfuerzo, sin embargo, resulta sorprendente que con la ilusión que se pone en cada nueva relación, el índice de fracaso sea tan alto, esto puede deberse a que no nos esforzamos. Este autor propone que como toda materia, para poder aprenderla y mejorarla, precisa del conocimiento teórico, así como de la práctica, que poco a poco nos llevará al éxito.
Personalmente entiendo que, después de cada experiencia, deberíamos ser objetivos y hacer balance de los errores que hemos podido cometer, muchos de ellos volveremos a tenerlos en la siguiente relación, pero seguro que algunos conseguimos evitarlos y así, poco a poco, actuaremos cada vez, de manera más orientada a la búsqueda del amor verdadero, el amor puro e incondicional, que mueve el mundo y lo hace mejor y más bonito.
María de los Ángeles Benito García