Seminario La Filosofía como Escuela de Vida. Universidad Popular de Tres Cantos. Madrid.
La filosofía de por sí puede cambiarnos la vida. Todos somos filósofos, solo tenemos que ejercer lo que somos. Cuando relaciono los términos "filosofía" y "terapia" no es tanto porque crea que exista una terapia filosófica como una alternativa a otros tipos de terapia, sino porque pienso que la filosofía en sí misma es terapéutica.
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lunes, 31 de octubre de 2016
domingo, 30 de octubre de 2016
Introducción a Platón.
Cuarta lección del curso de Historia de la Filosofía Antigua y Medieval.
(Grado de Gª e Historia. UNED. Madrid).
sábado, 29 de octubre de 2016
El comentario de textos filosóficos.
Minutos iniciales de mi última clase de la UNED en Madrid en los que hago unas breves consideraciones relacionadas con el comentario de textos filosóficos (video dirigido principalmente a mis actuales alumnos).
miércoles, 19 de octubre de 2016
Ser y no-ser en los orígenes del pensamiento filosófico.
Tercera lección de del curso de Historia de la Filosofía Antigua y Medieval (Grado Gª e Historia). UNED. Madrid.
miércoles, 12 de octubre de 2016
Parménides (introducción).
Segunda lección de Historia de la Filosofía Antigua y Medieval (Grado Gª e Historia).
UNED. Madrid.
sábado, 8 de octubre de 2016
Ana María Ornelas: "Millenials".
viernes, 7 de octubre de 2016
Lección inicial del curso de Historia dela Filosofía Antigua y Medieval.
Consideraciones preliminares. Historia de la Filosofía Antigua y Medieval.
. (Grado Gª e Historia. UNED. Madrid).
jueves, 6 de octubre de 2016
Ana María Ornelas: la época de la post-verdad.
Una de las intervenciones de la Dra. Ana María Ornelas Huitrón en el reciente Seminario de "Pedagogía y Filosofía" que tuvo lugar días pasados en la Universidad Pedagógica Nacional.
(Ciudad de México).
miércoles, 5 de octubre de 2016
Pedagogía: la filosofía que necesitamos.
Seminario "Filosofía y Pedagogía" en la Universidad Pedagógica Nacional de México.
Coordinadora: Dra. Ana María Ornelas Huitrón.
Profesor invitado: Dr. Eduardo Agüero Mackern.
La crisis del socialismo español.
Finalmente el motín oligárquico en
el PSOE ha tenido éxito. Los partidarios de Susana Díaz y Felipe González han
buscado numerosas excusas en este tiempo, pero parece evidente que el mayor
pecado de Pedro Sánchez ha sido el de insinuar que intentaría un Gobierno
alternativo con Unidos Podemos. A los amotinados no les importó el acuerdo con
Ciudadanos, ni parece que tampoco la abstención ante la investidura de Rajoy y
del PP; lo que les molesta, y preocupa, es que la izquierda pueda tener
influencia en las decisiones políticas y económicas de España. Definitivamente
la España que le preocupa a Susana Díaz no es la de la clase trabajadora, sino
la de las grandes empresas y las grandes fortunas; la misma España que ha
hablado por boca de Felipe González.
No obstante, el drama de la
socialdemocracia europea no son estas peleas fratricidas, sino la falta de un
proyecto político coherente. Es sabido que los partidos socialdemócratas
abandonaron la causa socialista hace mucho tiempo, pero es menos conocido que
también abandonaron hace décadas la causa socialdemócrata. El giro del
laborismo británico, con su conversión al socialiberalismo de la mano de Tony
Blair, y la práctica política de gobiernos como el de François Hollande o José
Luís Rodríguez Zapatero son la manifestación de que la retórica de los partidos
socialdemócratas no casa con los hechos reales. El proyecto político de la
socialdemocracia, que contribuyó a construir el Estado Social tras la II Guerra
Mundial, ha entrado en aguda contradicción con el modelo institucional de la
Unión Europea y con un mundo globalizado a la manera neoliberal.
La inmensa cantidad de deserciones
en el sector socialdemócrata, expresada tendencialmente en los resultados
electorales a lo largo de toda Europa, tiene su causa en estas contradicciones de
fondo. Un mundo neoliberal que está empujando a la precariedad y a la miseria a
sectores cada vez más amplios de la sociedad; una situación ante la que la
socialdemocracia no ha ofrecido una alternativa creíble ni rigurosa. Al
contrario, en la práctica sus Gobiernos se han comportado de forma
indistinguible a los gobiernos conservadores.
La clase trabajadora no es ajena ni
a estas transformaciones económicas de fondo ni a los vaivenes políticos de las
organizaciones que dicen representarla. La crisis económica continúa en nuestro
país, como con otra intensidad también lo hace en el resto de Europa, y las
condiciones materiales de vida de la mayoría social se deterioran a ritmos
dramáticos. La clase trabajadora necesita un proyecto político que le proporcione
seguridad y protección frente a la agresión del neoliberalismo y de este mundo
globalizado.
Un proyecto que, a mi juicio, sólo
puede avanzar si se reconocen las causas profundas de esta crisis. Por eso la
receta no es más socialdemocracia, como tampoco lo es más
populismo, sino una apuesta firme y rigurosa de izquierdas, es decir,
una izquierda capaz de conectar con las preocupaciones y problemas de la clase
trabajadora. Ni liturgia, ni lenguaje fosilizado e ininteligible, ni debates
escolásticos, ni postureo televisivo. Lo que necesitamos es una izquierda
volcada en proporcionar soluciones a la clase trabajadora, cuestión que sólo
podrá hacerse mediante el trabajo desde el conflicto social.
No todo es malo. Las crisis son
también oportunidades. Si algo ha dejado claro esta situación en el PSOE es que
nosotros teníamos razón: es una estructura orgánica al servicio de la
oligarquía y, sin embargo, sostenida por militantes y votantes de la clase
trabajadora que se identifican con la izquierda política. La explosión de esta
contradicción puede generar un cisma de suficiente envergadura como para que la
clase trabajadora de este país pueda reorganizarse en un instrumento capaz de
enfrentarse a la oligarquía con éxito, así como construir un modelo de justicia
social. Esa es la tarea que creo le corresponde a Unidos Podemos, la de
dedicarse en cuerpo y alma a aglutinar a la clase trabajadora en un proyecto
político de izquierdas, independientemente de cuál haya sido su lealtad
política y cuáles sus decisiones electorales pasadas.
No sé si será inevitable un Gobierno de Rajoy.
Todo parece apuntar a que sí. Pero, sin embargo, nosotros no nos rendimos. Ni
ante el parlamento, ni ante la calle. Esto acaba de empezar, y el nuevo mundo
que llevamos en los corazones exige salir a la realidad material de nuestros
barrios y ciudades. Es el momento de Unidos Podemos.
Artículo de Alberto Garzón. Coordinador General de Izquierda Unida. (El Diario.es, 01/10/2016).
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