La filosofía, grito de protesta llevado al camino del pensamiento y de la transformación de la realidad: Carlos París.
Este 24 de agosto de 2013, ocurrió en Navalafuente el segundo encuentro filosófico de nuestra comunidad, esta vez, contamos con el incalculable privilegio de conocer y disfrutar de la presencia de Lidia Falcón y Carlos París, amigos personales de nuestro entrañable profesor, Eduardo Agüero. Creo que ya sabemos un poco los qué allí estuvimos presentes, quienes son Carlos París y Lidia Falcón, el primero, ilustre filoóofo, Presidente del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, la segunda, Lidia Falcón, es la líder más conocida internacionalmente del feminismo español, además de Abogada en Ejercicio, especializada en Derecho Laboral, Político y Matrimonial.
Ambos, poseen varias decenas de publicaciones en los que se ponen de manifiesto sus pensamientos políticos y transformadores de esta nuestra realidad, muy comprometidos y amables, asistieron a este encuentro para compartir con nosotros sus experiencias de todo tipo, algo que nos sorprendió satisfactoriamente y provocó en más de una ocasión algunas risas motivo añadido para acrecentar nuestra admiración.
Yo definiría este nuestro segundo encuentro como el principio de la transformación y expansión de nuestra consciencia política. A la llegada de los invitados nuestro querido Eduardo nos presentó semi- formalmente a Lidia y a Carlos, partiendo de la admiración, el respeto y el amor que siente hacia ellos, puesto que son amigos desde hace muchos años. Y a continuación fuimos presentados por Eduardo también de una manera muy elogiosa. En esta primera parte ya se percibió el espíritu de nuestro grupo filosófico junto al de nuestros invitados, nuestra sed de aprender por un lado y por la de ellos, la generosa disposición por compartir sus experiencias. Una simbiosis mutualista perfecta, como diría un biólogo en toda regla.
Luego nuestros invitados hicieron las delicias de nuestros oídos y no exagero, es algo en lo que todos los allí asistentes estamos de acuerdo, nos presentaron algunas de sus publicaciones y trabajos, pero también nos contaron experiencias personales, como por ejemplo, el modo en el que se habían conocido y habían llegado al matrimonio y también como Eduardo entró en sus vidas y viceversa, estas muestras de confianza y cercanía nos resultaron altamente estimulantes, tanta espontaneidad junto a tanta genialidad y sentido del humor, definitivamente marcaron gratamente este encuentro.
Pasar de las anécdotas de carácter personal a los temas de carácter humanista fue fácil; de antemano ya habíamos leído algunos textos de los invitados que nos ofrecieron una idea de la línea de pensamiento que seguían. Carlos, un crítico constante de el sistema capitalista, el cuál considera debería suprimirse, puesto que significa una falsificación de la democracia; también dejó clara su postura e inclinación por el fin de la monarquía, dado que ésta no es más que la continuación de un antiguo régimen, qué facilita la pervivencia de errores que no deberían hoy repetirse o practicarse. La discusión con Carlos giró en torno a su obra “Ética Radical. Los abismos de la actual civilización”. del que surgió la pregunta ¿ Cómo renovar nuestra ética y cuál es el origen de la corrupción ética? Alrededor de estos interrogantes ocurrieron varias intervenciones en la que nos ocupamos de analizar nuestra política actual y de intentar dilucidar cuál sería la solución a los problemas que hoy nos afectan.
La intervención de Lidia, vehemente, audaz, también suscitó mucho interés, nos contó con detalle el trabajo de los movimientos feministas y el eje de la lucha de estos en el mundo, hizo una dura crítica a organizaciones que se suponen son representativas de la sociedad. Notándose claramente la uniformidad de pensamiento de ambos invitados a la hora de describir la historia de la humanidad como una lucha de clases que deja ver la gran dualidad social de hoy día y la manipulación total a la que estamos sometidos. Poniendo como ejemplo la estudiada y profunda manipulación que ha conseguido transformar el lenguaje por la inclusión de “nuevos” términos o eufemismos que se utilizan con la burda intención de impedir el despertar de las conciencias.
La política fue el eje central de nuestra reunión, puesto que es algo que nos preocupa especialmente, se pusieron discretamente encima de la mesa algunas soluciones pero como siempre, el problema estriba en como llevarlas a cabo. También llevamos a consideración el tema de los movimientos sociales y su falta de constancia y representación. El análisis concienzudo de la situación de la mujer en Afganistán, la India y otros países incluido el nuestro, las preguntas acerca de la responsabilidad que tenemos los ciudadanos concerniente a este tema , el entorno en el que nacen y se desarrolla un machista y la educación que reciben tanto las mujeres como los hombres en aquellos lugares dónde la mujer no tiene voz; la preocupación por la alienación social, algo a lo que hizo referencia Regina, psicoanalista e hija de Lidia Falcón que se sumó a nuestra reunión un rato después. El fenómeno de la pérdida de comunicación directa a causa de las nuevas tecnologías, el síndrome de Estocolmo sufrido por los movimientos de izquierda actuales; la religión y los conflictos que provoca; la utilización del miedo como recurso para someternos, domesticarnos - como acota Carlos París en una de sus intervenciones- y las deficiencias actuales de la educación.
Fueron cuatro horas que dieron para discutir sobre muchas cosas aparentemente distintas, pero que no son más, como diría Lidia, que los “ tentáculos de un pulpo”. En estas conversaciones se citaron algunos nombres tales como: Federico Mayor Zaragoza, José Saramago, María Zambrano, Catalina de Araujo, Salvador Puig Antich y Olympe de Gouges. Evidenciando el conocimiento de Lidia y Carlos de la historia y destacando la importancia de la memoria histórica como referente para una satisfactoria transformación de la sociedad actual.
La conclusión que se podría sacar de este segundo encuentro de la Comunidad Filosófica es simple y es que además de ser altamente enriquecedora e inspiradora, nos invita a pensar sobre la importancia de la colectividad en la lucha por la igualdad y que sería un grave error creer que las conquistas sociales son irreversibles. Que debemos comprometernos aún más en combatir las injusticias; que el conformismo, la individualidad y el letargo ya sea de carácter físico e intelectual, corroe a la sociedad provocando la involución de nuestra especie y que nuestro futuro o el de nuestros descendientes si no ocurre pronto un cambio radical global, es y será mucho más oscuro. Por tanto, deberíamos ir pensando desde el punto de vista y colectivo qué podemos hacer.
Concluyo agradeciendo a nuestros invitados, Carlos y Lidia a nuestros anfitriones y magníficos Victoria (Vicky) y Eduardo. Y al resto de mis compañeros. Robando palabras de Eduardo, aquí todos son importantes y poseen una particularidad que los hace únicos y especiales. (Janeyre)
(Janeyre con Lidia Falcón)