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lunes, 17 de noviembre de 2014

Tiempos de cambio: el derecho a la esperanza.

Ayer estuve viendo el vídeo de la asamblea de "Podemos". También he estado atento a los comentarios de los representantes de la “casta” (1) 
  
Ha cundido el estupor y el miedo entre aquellos que llevan años o casi toda su vida viviendo de la política (no para servir a los demás, sino en su propio provecho). Se avecina el tiempo en que se les acabarán sus privilegios y prebendas. Una buena parte de estos políticos no son otra cosa que los guardianes de los mercados financieros y velan para  que sus gobernados puedan ser expoliados "legalmente" por los poderes económicos internacionales.

Algunos miembros de una supuesta izquierda y toda la derecha acusan a los dirigentes de "Podemos" de populistas, que carecen de experiencia, que sus propuestas económicas son inviables… Sin tener en cuenta que las cosas están cambiando, que este sistema -que nos ha llevado a la pobreza extrema de una parte significativa de la población- ya está agotado.

Sea "Podemos" u otra propuesta política ciudadana similar (hay varias análogas en Europa y América Latina), sea Pablo Iglesias u otro líder (actual o por venir), lo que está claro es que la crisis es tan profunda que este orden económico injusto no se sostiene. Siempre ha sido importante leer los signos de los tiempos y hoy más que nunca estos indican que, de una manera u otra, el cambio ya está en marcha tanto en España como en Europa, siguiendo el ejemplo de algunos países de América Latina.

En la actual coyuntura los únicos que deben temer al cambio son los políticos corruptos, los defraudadores, los evasores de capital y  las tramas delictivas enquistadas en la casta gobernante. Para el resto de los ciudadanos –para la inmensa mayoría de demócratas que desean vivir en paz en una sociedad justa y solidaria, se abre una época de ilusión y esperanza. Aunque no será fácil construir la sociedad que queremos para nosotros y nuestros hijos, ya que los obstáculos serán muchos y nuestro esfuerzo y compromiso deberán ser aún mayores.

No podemos decaer en nuestro empeño de regenerar la sociedad. Tenemos derecho a la esperanza.Tenemos derecho al futuro, para que las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan una segunda oportunidad sobre la tierra (2)  
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(1) para los que no viven en España: casta = partidos políticos tradicionales.
(2) como escribiera Gabriel García Márquez.


viernes, 7 de noviembre de 2014

jueves, 6 de noviembre de 2014

domingo, 2 de noviembre de 2014

Encuentro en Madrid de nuestra comunidad filosófica.

Ayer tuvimos otro encuentro de nuestro grupo de filosofía. 
Por casual coincidencia con la fecha y a petición de uno de sus miembros, la primera cuestión que tratamos  fue el tema de la muerte.
Previamente los participantes habían leído los textos propuestos, lo cual facilitó el diálogo y el debate. Surgieron diversos aspectos relacionados con el hecho inevitable de la muerte: la muerte como pérdida de seres queridos, el temor a la muerte (sobre todo a la propia decadencia y a la enfermedad) y el derecho a una muerte digna. Y en relación con esto, aspectos tales como la eutanasia y el suicidio. 
El segundo tema que habíamos preparado fue el comentario del libro de Carlos París En la época de la mentira. Y a partir de la siguiente afirmación del filósofo se produjo un animado debate: ..la filosofía podrá realizarse auténticamente solo en una sociedad liberada de las relaciones de dominación. Cuando nuestras formas de pensamiento etnocéntricas, patriarcales y de clase se superen. Cuando se cree esta nueva humanidad es cuando también podrá planificarse una auténtica filosofía, de manera que todo hombre y toda mujer es filósofo y filósofa, pero filósofos en este futuro de la utopía (pág. 201). La propia dinámica de la discusión nos llevó a la necesaria comparación de la obra que nos ocupaba con su anterior libro Ética radical.
El tercer asunto que consideramos estuvo relacionado con nuestra grupo: nuestra identidad filosófica, futuros proyectos y líneas de trabajo y de acción.
El encuentro finalizó con una comida en la que, como es natural, continuamos en amena conversación departiendo sobre las cuestiones que habían surgido. Sobre todo, un intercambio de experiencias vitales que compartimos en un clima de entrañable amistad.


Francisco, Fernando, Eduardo, Mónica, Alex, Rocío
Alex y Rocío
Fernando y Francisco
Juan Antonio, Fernando, Eduardo, Mónica, Rocío