Durante
muchos años no me interesó el fútbol. Me refiero al fútbol como espectáculo de
masas y mediático. El fútbol como deporte siempre me gustó.
Tampoco
seguía, ni era hincha, de ningún club en particular y jamás me perdía de hacer
algo mínimamente importante por ver un partido de fútbol (ir al cine, leer un
libro o simplemente, darme un paseo).
Pero
hace unos años me despertó un interés especial un equipo que me pareció
brillante: el Barça de Guardiola. Sobre todo, porque funcionaba como “equipo”,
o sea, un juego cooperativo liderado por un entrenador muy inteligente. Por
supuesto que me impresionó Messi –ese muchacho que disfrutaba con la pelota como
un chaval en el patio del cole o en un callejón de tierra, jugando con sus
compañeros en gran camaradería.
Luego empecé a fijarme en el Atlético de Madrid al conocer a
“colchoneros” de solera y estirpe. Pero este equipo no daba pié con bola. No
entendía por qué había tantos
apasionados por estos colores. Aunque comencé a darme cuenta que era el equipo
de los auténticos madrileños –los de siempre. El equipo, mayoritariamente, de la clase trabajadora.
Y
llegó Diego Simeone (el Cholo). Las cosas empezaron a cambiar y el “partido a partido” se convirtió en una filosofía. Y no lo digo
metafóricamente. La vida es eso: hay que jugarla partido a partido. Puro
epicureísmo.
Este
auténtico equipo, en el que todos son iguales y cada uno adquiere sentido en
función del todo, comenzó a cosechar triunfos y a tener éxito. Aunque los
“otros” esperaban que se quedaran sin fuelle en poco tiempo y el espejismo
desapareciera.
Hasta
Guardiola llegó a decir que este equipo era un off-side, un advenedizo en el olimpo
futbolístico, una anomalía del sistema. Ya
no me pareció tan inteligente este entrenador. La gente cambia. Todos
cambiamos. No debe extrañarnos que también cambien Messi y Guardiola.
Y llega la final de la Champion
ayer en Lisboa. En un partido épico, al cumplirse los 90 minutos, el Atleti ya tenía la copa en sus manos y
la numerosísima afición ya cantaba triunfal el himno del club. Pero eso
resultaba intolerable.
El gol del empate llega pasados los tres minutos de una
prórroga excesiva concedida por el árbitro y el establishment de la UEFA al equipo rival que estaba perdiendo. Era de esperar.
Tenía que ganar “uno de los nuestros” o más bien, un equipo de “los otros” (de
lo contrario las inversiones millonarias y la publicidad protagonizada por sus “estrellas”
se irían al garete).
En
realidad, lo que pasó ayer no tendría que tener ninguna importancia ya que no
es más que un epifenómeno del gran montaje de “pan y circo”. Eso no es deporte ni nada. Pero hay algo que
me llama la atención: en los jugadores del Atleti pude advertir auténticos deportistas conducidos por un
filósofo: el Cholo Simeone. Un equipo
modesto desde el punto de vista económico dando lecciones de futbol, de deportividad,
de generosidad y compañerismo. El juego de este equipo sí que se acerca al
fútbol-deporte.
Pero
no nos engañemos, el bipartidismo goza de muy buena salud. Fue significativo el
efusivo festejo –palmadas mutuas incluidas- entre Florentino Pérez y Aznar en
el palco del estadio –toma que los camarógrafos de la TVE estaban esperando y
trasmitieron presurosos y diligentes ¡Viva el circo! Me dio vergüenza ajena…
¡Cuánta
analogía entre el fútbol y la actual situación en España! ¿Seguirán ganando los
de siempre? ¿Hasta cuándo?
Pero
el pueblo –y los atléticos- se hacen ilusiones… ¿cuándo se cumplirán?
Queridos
atléticos: ¡no habéis perdido nada! ¡Habéis ganado todo! Mis respetos y mis
congratulaciones ¡Campeones! Y habéis conquistado a un nuevo seguidor (muy
reacio al “pan y circo”).
En
el fútbol y en la vida hacen falta los filósofos (que en realidad, somos
todos). Gracias Cholo por haberme hecho descubrir otra faceta más de la
realidad.
Se
puede. ¡Adelante!
(En
cualquier caso, no hay que estar tristes por lo que no tiene importancia y no
depende de nosotros, sino orgullosos por luchar siempre y seguir intentándolo
“partido a partido”).
Hola Eduardo,
ResponderEliminarme alegra haber encontrado este sitio.
Buscaba cosas de Quintín, pues me quedé con mucha sed de sus clases, y vi una entrada en tu blog sobre él. Me sorprendió que el fondo fuese como el blog mío.... y ya cuando vi que ensalzabas a los Atléticos (a mi no me gusta el futbol, pero mi hijo es Atlético y como decía mi madre: "a los tuyos, con razón o sin ella...") me animé a escribirte este comentario.
Asistí a tus tutorías de Antropología hace algunos años, así que te conozco (decir nos conocemos siendo alumno, me parece algo presuntuoso). Aprobé y ya no nos volvimos a ver.
Te seguiré.
Saludos!!
Estimado Paco: siempre es un placer encontrarme con antiguos alumnos. Yo tampoco soy muy futbolero, pero después de seguir un poco la trayectoria de este equipo, me pareció oportuno hacer una mención aquí.
EliminarRespecto de Quintín, te entiendo. Era un profesor brillante.
Envíame el enlace a tu blog. Me interesa conocerlo.
Espero que nos veamos en algún momento. Sigo en Lavapiés en Filosofía del CAD y en Historia de la Filosofía del Grado de Gª e Historia.
Hasta pronto. Un abrazo,