DOMINGO, 11 DE NOVIEMBRE
DE 2012
La vocación manifiesta en esta página es
claramente filosófica. Por eso nos ocupamos –y así seguiremos- de problemas
reales de nuestro tiempo. Renunciamos a ser correa de trasmisión de frases
célebres o “pensamientos edificantes” más o menos ocurrentes. Nos interesa
promover el diálogo, el debate y la reflexión. Compartir la
actividad filosófica y poner nuestro granito de arena en la búsqueda de salidas
a la actual crisis. No es necesario ser filósofos “profesionales” ya que todos
naturalmente somos filósofos. Tampoco es menester expresarnos con tecnicismos o
artificios lingüísticos. Solo debemos expresarnos. Y de la manera más clara y sencilla
posible. Os animamos a compartir esta actitud interrogadora y descubridora que,
por otra parte, es la condición del filosofar.
¿Y de lo contario, de qué deberíamos hablar? ¿Del
“ser”, de la esencia”, del no-ser”? ¿o de Dios, el
alma, el espíritu? O mejor aún ¿de la “luz”, la “energía”, el “más allá”?
Tematizamos filosóficamente la cuestión crucial
de nuestro tiempo: la crisis económica. Y esta es una cuestión genuinamente
filosófica. Nos encontramos ante un cambio de época y la filosofía debe hacerse
cargo de ello.
Hablar de economía es hablar de filosofía. De
metafísica solo se habla en la caverna y hace muchos siglos que Platón, muy
didácticamente, nos explicó lo que significa estar sumidos en la ignorancia o
en la evasión de la realidad. La realidad está fuera de la caverna. En esa
realidad todo está por estallar por causa de la avidez de los poderes
económicos y de sus vigilantes políticos.
Sigamos filosofando entre todos. La verdad es
intersubjetiva. No conozco la respuesta, pero sí puedo vislumbrar el
camino. Y ello es posible si planteamos adecuadamente el problema. Para
comprender la actual crisis de civilización debemos adentrarnos en la economía.
LUNES, 29 DE JULIO DE
2013
El sábado pasado volvimos a reunirnos los
miembros de nuestro grupo de filosofía, al cual en un principio le denominamos
Grupo Filosofía como Terapia (como el curso homónimo que tenemos en la UNED).
Aunque creo que, a partir de ahora, le llamaremos Comunidad Filosófica por
todo lo que este nombre entraña y además para estar en sintonía con otras
“comunidades” similares.
Este grupo o comunidad, como algunos ya sabéis,
se nutre de alumnos míos de la UNED, tanto del CAD como de Grado por una parte,
y por otra, del curso Filosofía como Terapia. Nuestra base común es el interés
(cuando no la pasión) por la filosofía. Nuestro punto de unión es la amistad –
en la cual pretendemos profundizar y perfeccionarnos.
Mi idea es que sea un grupo abierto y dinámico
que se expresa en una relación igualitaria. Todos somos maestros y todos somos
discípulos. Aprendemos los unos de los otros porque estamos convencidos del
carácter intersubjetivo de la verdad.
Deseamos practicar una filosofía viva,
incardinada en la realidad e -incluso- en la cotidianidad. Una filosofía
comprensible para todos y por tanto muy exigente, situada más allá del discurso
meramente académico. Aunque esto no significa que proponga una divagación
improvisada, sino que pretendo que fundemos nuestras reflexiones en atentas
lecturas de los textos filosóficos -tanto actuales, como clásicos. Nuestra
tarea será estrictamente filosófica, pero nuestros resultados siempre tendrán
que pasar “la prueba de la realidad”. La filosofía debe servir para vida. Es
más, la filosofía debe orientar y dirigir nuestras vidas -nuestra existencia-
en el largo y a la vez corto camino que nos conduce a la felicidad (aunque otra
cosa sea lo que entendemos por “felicidad” -que ya dilucidaremos).
Mi intención es que programemos reuniones o
encuentros periódicos (cada mes o dos meses) a las que asistirán todos los que
lo deseen. Algunas veces los haremos en Navalafuente y otras en Madrid. También
es posible trasladarnos en alguna ocasión a otra ciudad española en la que
viven algunos de nuestros participantes.
Como nuestra comunidad es abierta, siempre será
posible admitir nuevos miembros. Dadas las distancias físicas, comprenderemos
que no se pueda asistir a todas la reuniones. De ahí la importancia del uso de
las TIC. Nuestra comunicación “virtual” podrá suplir algunas dificultades.
Tenemos un foro, un blog, una página en Facebook y hasta grupos de Whatsaap. Y
nuestro deseo es ir perfeccionado cada vez más y haciendo más útil y eficaz el
uso de estas tecnologías de la comunicación.
De estas cosas y otras hemos hablado en nuestra
última reunión. Aún falta... pero seguiremos...
Deseo practicar una filosofía viva,
incardinada en la realidad e -incluso- en la cotidianidad. Una filosofía
comprensible para todos y por tanto muy exigente, situada más allá del discurso
meramente académico. Aunque esto no significa que proponga una divagación
improvisada, sino que pretendo que fundemos nuestras reflexiones en atentas
lecturas de los textos filosóficos -tanto actuales, como clásicos. Nuestra
tarea será estrictamente filosófica, pero nuestros resultados siempre tendrán
que pasar “la prueba de la realidad”. La filosofía debe servir para vida. Es
más, la filosofía debe orientar y dirigir nuestras vidas -nuestra existencia-
en el largo y a la vez corto camino que nos conduce a la felicidad (aunque otra
cosa sea lo que entendemos por “felicidad”).