Mónica Santamaría, participante en el curso "La Filosofía como Terapia" publicó en el foro del mismo el siguiente comentario que me autoriza a compartir aquí:
Estuve buscando algo sobre la vida de Campanella, pues me impactó su texto sobre "En busca de la libertad perdida", que escribe en prisión.
Tomasso Campanella fue un filósofo y poeta italiano. Era dominico. Y se puso a estudiar diferentes temas sobre el conocimiento de aquella época que le interesaron. Fue acusado de hereje y estuvo preso, creo que un tiempo. Posteriormente se puso a luchar contra la invasión española en Calabria, y fue nuevamente preso por hereje y levantisco. Ahí ya sí estuvo muchos años en prisión. Imagino que en condiciones horrorosas. Al principio cuando leí el texto me pareció que se humillaba mucho ante sus superiores eclesiásticos, pero en realidad les está dando una lección. Les viene a decir que si son como dioses, cómo es que no se compadecen de un pobre siervo, ya que su Dios sí es compasivo.
Me parece fundamental saber de la vida y las condiciones históricas y sociales en que habla, escribe y piensa cada filósofo/a. Su devenir cotidiano.
De Heidegger me atrajo la relación de la angustia con el vacío y la Nada. De pronto me acuerdo de "La Historia Interminable" de Michael Ende. La fantasía estaba siendo comida por la nada. Y la Nada es la Nada. El vacío más absoluto, la vida sin ningún sentido. La angustia, desde la psicología, pudiera relacionarse con el miedo, quizás. El miedo y el amor siempre han sido contrapuestos.
Y recojo la reflexión de Sartre de que es imposible no existir existiendo. La vida siempre está, aunque nos pese o no nos guste.
¡Muchas gracias Mónica!
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